Recibíamos muchas solicitudes de profesionales y fundaciones médicas que querían viajar a África para ofrecer sus conocimientos a cambio de nada, de un simple agradecimiento. Estas personas sentían la vocación de ayudar a los necesitados. Poco a poco hemos ido construyendo un puente entre Barcelona y Kenia, entre profesionales de la salud y enfermos que no pueden costearse un tratamiento.